AGO-2016 Editorial

Energía Renovable; una opción que todos necesitamos

 

 

JAVIER ZEPEDA

DIRECTOR EJECUTIVO

CÁMARA DE INDUSTRIA DE GUATEMALA

 

Nuevamente volvió a evidenciarse la manipulación de ciertos personajes hacia grupos de personas con el objeto de manifestar, bloqueando carreteras. Esta vez pidieron la supuesta nacionalización de la energía eléctrica, pero dejando a un lado el verdadero fondo del tema que es lo que ocurre ya en todo el mundo; países esforzándose en el uso responsable de los recursos renovables.

Un estudio de la Asociación de Generadores con Energía Renovable, enfáticamente menciona: “sin energía renovable es imposible que haya desarrollo en Guatemala”. La frase es contundente y tienen toda la razón. Veamos por qué. Primero, hay un potencial enorme desaprovechado en Guatemala, pues ahora solo utilizamos un 23% de nuestra capacidad para generar energía renovable, cuando esta provoca beneficios ambientales y económicos significativos.

Gracias a que hay unas 70 hidroeléctricas operando en el país estas producen el 50% de la energía que consumimos y esperamos que para el 2018 la cifra aumente al 60%, con tarifas más bajas y estables, apoyando con ello la economía nacional. No olvidemos que estas industrias utilizan tecnología limpia y, contrario a los que algunos afirman, no agota ni consume recursos naturales. Ahora tenemos menos dependencia de los combustibles fósiles, ampliación de la cobertura eléctrica y reducción de los gases de efecto invernadero.

Hay que poner las cosas en su justa dimensión, y reconocer que este sector genera más de 400 mil empleos y que ha invertido más de Q20 mil millones, de los cuales unos Q15 mil millones son producto de financiamiento de bancos nacionales y extranjeros. Hay estudios serios acerca de que cada 100 megavatios de energía renovable representan un crecimiento del 1% del Producto Interno Bruto. No está de más enfatizar que no generar esos 100 megavatios significa que el Estado dejaría de recibir unos Q780 millones en impuestos.

Recordemos que en 1996 solo 4 de 10 hogares contaba con electricidad y ahora el 90% ya tiene energía, con todos los beneficios que ello representa para cada familia. Nuestro mercado eléctrico es un ejemplo a nivel mundial, sin riesgo de desabastecimiento y con tarifas bajas y competitivas, pues cada vez dependen menos de combustibles fósiles.

Pese a todos esos beneficios, entre otros, decimos que el sector eléctrico se ve amenazado por sombras que quieren opacar las luces del desarrollo. Hay una oposición sistemática y sin sentido alrededor de las hidroeléctricas, diferente a la conflictividad legítima originada por la ausencia del Estado, el cual no ha sido capaz de proveer los servicios básicos que demanda la ciudadanía.

Pero tenemos que separar responsabilidades y comprender que las hidroeléctricas transforman países. Tal y como lo consignamos en el tema central de esta edición, es tal su importancia que en 2015 la Organización de Naciones Unidas(ONU) incluyó entre sus Objetivos de Desarrollo Sostenible garantizar el acceso a energía asequible, segura, sostenible y moderna para todos. Y hacia ese fin nos llevan las hidroeléctricas, razón suficiente para apoyarlas.

El contenido de Industria&Negocios no necesariamente representa la opinión de Cámara de Industria de Guatemala; cada artículo es responsabilidad de sus autores.

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